Ayer leí en twitter la frase que encabeza este post y me llamo a atención por su «originalidad» en un ambiente taaan lleno de nada; después en un siempre «ligero» almuerzo con el Chalo, él menciono la frase y me contó que sirvió de epitafio de un sitio en Internet de descargas torrent que fue hackeado hasta la extinción por un grupo de atacantes supuestamente contratados por las empresas «victimas» de las descargas.

La certeza de que había un mensaje escondido en el mensaje de despedida que dejo este sitio web al morir, me puso a averiguar que se trata esa frasecita. y no no fue cerrada un 5 de Noviembre.

Así que leyendo un poco pude llegar a una historia un poco espeluznante sobre el origen de esa frase. y se las cuento.

Ahora, es necesario aclarar que un relato como este siempre tiene variantes y consideraciones históricas que seguramente harán que mi versión quede mal parada, ante los ojos de algún conocedor; pero leanlo y asumanlo como lo que es: el relato de un relato que le contaron a alguien que lo escribió en algún sitio, que yo leí y que ahora les cuento. (osea no se pretende ser una fuente histórica ni nada parecido ok?)

Resulta que en el siglo 17; para mayor exactitud el 5 de Noviembre de 1605 (ajá), un grupo de hombres: Thomas Bates, Robert Wintour, Christopher Wright, John Wright, Thomas Percy, Robert Catesby, Thomas Wintour; liderados por Guy Fawkes fueron aprendidos en los sotanos del parlamento Inglés con varios cientos de barriles de pólvora (como harían para meter CIENTOS de barriles no??), el escandalo fue mayúsculo por sus implicaciones políticas y por la barbaridad de lo que habría pasado si se ejecutaba y el juicio que siguió a la captura fue un gran acontecimiento seguido por todos los Ingleses; por el morbo de la sentencia que se espera y por los gravisimos y casi nunca probados cargos de traición y conspiración que se le dieron a Fawkes y sus co-conspiradores; el juez elegido fue uno famoso por su severidad y falta de clemencia y se le trajo a Londres especialmente desde su ciudad de residencia para este proceso. Como resultado del juicio se sentenció a los traidores a la pena mas horrenda y drástica posible, se le sentencio a morir ahorcado, ahogado y descuartizado (no pregunten como se aplica :S); en claro mensaje al resto de la población de que la conspiración en Inglaterra no sería tolerada.

A partir del año siguiente en el aniversario de la captura de Fawkes y sus hombres, se decreto una ley firmada por el rey y confirmada por el parlamento que establecía que un miembro notable del parlamento diera un discurso/sermón al pueblo para que tuvieran siempre presente esa fecha, la traición y sus consecuencias; Lancelot Andrews fue el que dio el primero de muchos sermones sobre «El complot de la pólvora», y todos los sermones siempre empezaban con la famosa frase y que llevaron con el tiempo a convertirla en un estribillo infantil. cuya moraleja no tan escondida es «La traición nunca será olvidada ni perdonada»

el texto original de esa cancioncilla que seguro los niños cantaban mientras saltaban a la soga es el que sigue:

Remember remember the fifth of November
Gunpowder, treason and plot.
I see no reason why gunpowder, treason
Should ever be forgot…

Entonces podemos adivinar lo que el sitio web que fue borrado del www les dijo a sus atacantes.

;P

De manera cada vez mas esporádica, uno se encuentra con situaciones que generan sentimientos agradables y tiernos, momentos que no quisiéramos que terminen jamas; es difícil de ubicar exactamente aquello que nos hace felices, como es difícil definir la felicidad, puede ser un plato de comida casera preparada por mamá, un peluche de 3 soles que te dice mucho, el encontrarte con unos ojos que te miran con ternura o un abrazo sincero de un eterno amigo.

Son detalles que pueden llenar el corazón de una sensación tibia que responde a momentos, lugares, personas determinadas y a un ingrediente mas; yo solía pensar que esos momentos mágicos eran producto de la coincidencia de esos tres primeros factores, y buscaba con mucho afán repetir momentos y situaciones; la de rompecabezas y planes elaborados que habré tramado para que las cosas se dieran como antes, ahora, al recordarlos me causan cierto rubor por la candidez de todo aquello.

La felicidad espontanea que genera ese calorcito en el corazón y en el animo, no dependen necesariamente de la coincidencia de esos tres factores, el asunto es mas mágico todavía, se necesita un cuarto ingrediente que es como el mercurio ante la presión de un dedo curioso, como el momento exacto en el atardecer justo antes de que el crepúsculo deje de ser.

A lo largo del tiempo y de mi golosa ambición de esa sensación he repetido escenas lugares y personas, y muy pocas veces la sensación ha sido igual, muy difícilmente la felicidad del momento primero pudo ser recreada, no diré que fueron momentos insípidos, para nada! pero seguro que en la mayoría de veces, no fueron iguales.

La alegría, la felicidad se esconde no en situaciones ni en personas, mucho menos en lugares; se esconde en uno mismo, en nuestra capacidad de admirarnos de complementarnos y de reconocernos en las personas con las que estamos. en sentir que compartimos lo que somos con gente que entiende ese instante de la misma forma en la que nosotros lo interpretamos.

Muchas amistades se han diluido por que las personas han perdido la capacidad de asombrarse, de complementarse con los que eran sus amigos, si no que ahora quieren que los amigos se complementen con uno, que los demás reconozcan en ellos lo bueno que son, lo mucho que hacen y que en lugar de entenderse los entiendan. la vida nos endurece y nos hace insensibles, tanto para lo bueno como para lo malo.

Todo esto vino a mi cabeza a raíz de que estas dos semanas he sido repetidamente feliz y he sentido ese calorcito de corazón, que me da el haber estado rodeado por gente buena y el haber creado momentos espectaculares.

😛